Outra coisa
«Ahora quieren otra cosa. Los detectives son expertos en cocina mediterránea y filosofan sobre la lucha de clases. Antes los que filosofaban eran los sargentos de comisaría y los horteras de farmacia. Los jóvenes buscan emociones sofisticadas que yo soy incapaz de darles. Quieren novelas en las que los asesinos sean más inteligentes que los polícias, los ladrones más despiertos y com mejor suerte que las personas decentes y los sinvergüenzas más subyugantes que la gente honrada. Los malos son los buenos y los buenos, los tontos. Y desde que hay sociología, la culpa de los crímenes la tienen o la infancia atribulada o el medio hostil. En una palabra, el problema no reside en el Who’s done it? Todos creen que lo que determina el crimen es el campo de fuerzas que se crea alrededor de la víctima, la coacción al destino, que emana de ella, de su relación con los demás, ese sistema de fuerzas y probabilidades que rodea a toda criatura humana y que se suele llamar destino. Me sigues?»
Andrés Trapiello, Los amigos del crimen perfecto, Ediciones Destino, 2003